Durante la misión #154 de Operación Sonrisa Ecuador, conocimos a Carmen Himelda Merino y su nieto Rodrigo Orlay Granda Gaibor, de 16 años. Rodrigo nació en el Hospital Velasco Ibarra de Tena con fisura de labio y paladar, siendo el único en su familia con esta condición. 

Cuando era pequeño, Rodrigo vivía con su abuela materna, Carmen. Sin embargo, al empezar la escuela, se fue a vivir con su madre debido a la falta de colegios cercanos a su hogar. A pesar de ser un niño bromista e inquieto, Rodrigo siempre obtuvo buenas calificaciones y le gustaba estudiar. 

Desafortunadamente, Rodrigo tuvo que soportar burlas y malos tratos de sus compañeros, lo cual afectó su autoestima y lo llevó a perder el quinto año de colegio. Su madre, molesta por esta situación, decidió no apoyarlo más en sus estudios y lo envió a vivir con su padre y madrastra. 

Actualmente, Rodrigo está estudiando nuevamente y reside en Nueva Rocafuerte, una zona muy alejada en la parroquia de Orellana. Cuando su abuela Carmen escuchó en la radio que los doctores de Operación Sonrisa llegarían a Tena, se puso en contacto con Rodrigo para que pudiera recibir atención médica. 

El viaje que Rodrigo debe realizar para llegar a Tena es complicado. Desde Nueva Rocafuerte, debe hacer un viaje en balsa de 6 horas hasta llegar a Shushufindi. Desde allí, toma un autobús hasta Coca, que demora aproximadamente 1 hora y 30 minutos. Por último, toma otro autobús desde Coca hasta Tena, con un trayecto de 3 horas y 30 minutos. 

La balsa que Rodrigo utiliza solo opera los días sábado, por lo que tuvo que salir con anticipación.  

Rodrigo sabe que poco a poco deberá continuar con su tratamiento y las cirugías, en esta ocasión le realizaron un retoque en su cicatriz del labio ya que le generaba malestar. 

 Coincidentemente, el día que Rodrigo recibió su cirugía reconstructiva fue su cumpleaños, convirtiéndose en el mejor regalo para él, al canto de feliz cumpleaños de los médicos, voluntarios y compañeros de habitación alegró mucho más su mañana. Después de haber buscado ayuda en diferentes fundaciones, finalmente encontró apoyo en Operación Sonrisa Ecuador. Su deseo es que todos los niños del mundo que nacen fisurados logren operarse para tener una vida normal.