En un pequeño apartamento en Manta, Ecuador, la vida de Marivi Castillo y su hija Isaid Carrillo estaba marcada por la perseverancia y el amor inquebrantable. Marivi, una madre valiente que había dejado Venezuela buscando un futuro mejor para su familia, encontró en Ecuador no solo oportunidades laborales, sino también la esperanza de darle a su hija Isaid la atención médica que necesitaba.

Desde que Isaid nació con polidactilia en su mano izquierda, Marivi se había enfrentado a desafíos emocionales y financieros. Sin embargo, siempre le inculcó a su hija que su singularidad era una bendición, aunque las burlas de otros niños la hicieran sentir diferente. Cuando Isaid expresó el deseo de eliminar ese “dedito demás”, Marivi se sintió desbordada por la responsabilidad de proporcionarle la mejor atención médica posible.

A pesar de su dedicación como mecánica automotriz, Marivi no podía costear la costosa operación que Isaid necesitaba desesperadamente. La esperanza parecía esfumarse hasta que un día, recibió la noticia de que Fundación Operación Sonrisa estaba en Manta. Con determinación, Marivi llevó a Isaid al Hospital General IESS Manta, donde recibieron una cálida bienvenida y una atención médica excepcional.

El equipo de Operación Sonrisa no solo transformó la vida de Isaid con una exitosa cirugía, sino que también inspiró a Marivi a devolver el amor y la ayuda que habían recibido. Con un corazón lleno de gratitud, espera en algún momento ser voluntaria para la fundación, con el sueño de brindar esperanza y alegría a otras familias como la suya.

Así, en la historia de Marivi y Isaid, se entrelazan la lucha, la perseverancia y el amor incondicional, demostrando que, incluso en los momentos más difíciles, la solidaridad y la esperanza pueden brillar como una luz en la oscuridad.

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